La llama de los trabajos Templarios se mantiene encendida hasta en los días más fríos de invierno.
Como dictan las tradiciones del Gran Priorato Templario de Chile, los Hermanos de la Orden llevaron a cabo el ritual oficial del Solsticio de Invierno en la celebración de Capítulo aledaña a los días de esta efeméride en el mes junio, cuando la noche se encontraba en su punto de mayor expansión y se cernía sobre un país ya aquejado por múltiples dolores.
El Templario extiende sus buenos deseos hacia el mundo y celebra con profundo recogimiento este instante de espiritualidad y devoción al Dios único, ya que lleva incorporada la promesa de una semilla. Se trata de esa semilla que desde su soledad en la fría, húmeda y oscura tierra lleva concentrado en su núcleo el progreso de la vida.
A lo largo del ritual, los Hermanos del GPTC levantan un fuego que los reúne y escuchan las lecturas de los oficiales en torno al simbolismo de este momento, reforzando el calor fraterno que hace posible el amor y la perseverancia en días de tribulaciones.
“Es necesario que Él crezca y que yo disminuya. El que viene de arriba está por encima de todos: el que es de la tierra, es de la tierra y habla de la tierra” (Juan 3:30-31), dice Juan el Bautista sobre el Maestro Jesús en el Evangelio. Así, en nuestra noche de San Juan del hemisferio sur, nos identificamos con el bautista y renunciamos a la luz, para que crezca dentro de nosotros la luz verdadera, en la oscuridad de la tierra.
Las cosas del mundo cambian de sentido a los ojos del iniciado. La noche más larga se convierte en el anticipo de los días que comenzarán a tomar cada vez más protagonismo, y luego la distensión de la luz nos recuerda que se aproxima el retorno de la oscuridad, junto con las responsabilidades que acarrea. Los ojos despiertos ven los ciclos como lo que son: parte de un todo integral que no acepta divisiones, pues se fundamenta en la unidad.
La enseñanza del Evangelio llega una vez más en momentos en que Chile transita por un período de cambios, afectado por relaciones entre compatriotas que se vuelven más polarizadas a medida que se acerca la jornada decisiva donde se aprobará o se rechazará la propuesta de nueva Constitución que se le ha hecho al país.
La Orden del Temple, que reúne de buena fe a personas con distintas opiniones y pensamientos, vuelve en este contexto a la costumbre ancestral de instar a una reflexión durante el Solsticio de Invierno y rescatar el profundo mensaje de la naturaleza, el que asume reflejado en el mensaje de nuestro Señor Jesucristo.
Porque hemos de ver la luz en la oscuridad y la oscuridad en la luz, sabiendo que nuestro mandato es, ante todo, amar al prójimo como a nosotros mismos.
